Marcelo Grossman
una ciudad chamuscada
La fascinación por los autos de lujo no es exclusividad de sus paquetos dueños desde que misteriosas hordas de quema coches se entretienen convirtiéndolos en chatarra. Del otro lado de la Capital, el fuego saquea las precarias viviendas de quienes poco tienen, alimentado por la especulación inmobiliaria. La democracia y el consumo no siempre van de la mano.